Contruyendo una nación

La Generalitat catalana cobrará 25 céntimos de euro al mes a las operadoras de internet por cada conexión contratada en aquella región. El objetivo de este nuevo impuesto es fomentar el sector audiovisual catalán. El consejero de Cultura del Gobierno catalán, Ferran Mascarell, está convencido, bendita ignorancia, que las compañías operadoras no repercutirán la nueva tasa en los usuarios. En su candidez, debida probablemente a que la épica nacionalista no le deja ver la realidad, asegura que eso no será posible porque en la futura ley se prohibirá expresamente que ello suceda. Ante lo cual,  sólo cabe añadir un sic. Sin duda que los ciudadanos que viven en Cataluña, esos a los que las elites de aquella región llaman pomposamente pueblo catalán, verán como les repercute un nuevo impuesto. Es lo que tiene la construcción de una nueva nación.

Nueva tiranía

La Asamblea Nacional de Nicaragua, dominada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, ha allanado el camino que para su líder, Daniel Ortega logre su tercer mandato presidencial.  Para ello ha sido necesario un cambio constitucional. Ortega, antiguo guerrillero que luchó contra la tiranía de Somoza, lleva camino de perpetuarse en el poder. Un diputado sandinista argumenta la reforma constitucional con las siguientes palabras: "Estas reformas vienen a avanzar en la profundización democrática de Nicaragua, en la lógica que el Frente Sandinista ha hecho, ha luchado y ha derramado sangre". No lo podía haber dicho más claro Edwin Castro. La épica justifica la nueva tiranía.

Cambio climático

Es evidente que hay un cambio climático y es igualmente evidente que no sabemos por qué. Los científicos intentan precisar las consecuencias de la concentración de gases de efecto invernadero y el adelgazamiento de la capa de ozono, pero hoy por hoy carecemos de una explicación global. Mientras el océano Ártico ha visto reducirse su hielo estival en un 30 por ciento, la otra gran placa de hielo, la Antártida, ofrece un panorama diferente. Uno de sus extremos, la península antártica, donde están situadas la mayoría de las bases científicas, se calienta. En cambio, al otro lado, las costas del mar de Ross se enfrían. Y todos esto termina afectado a todo el mundo, porque condiciona a todos los oceános y por tanto las variaciones terminan llegando a todas las tierras. Hay cambio climática. Inluso, para ser exactos, siempre lo ha habido. Y nos convendría dedicar más medios y esfuerzos para intentar comprender por qué es así y poder prevenir sus consecuencias.

Revés para un fanático ideologizado

El Estado de Derecho, representado en esta ocasión por los tribunales de Justicia, ha parado y echado atrás el último intento de un fanático ideologizado. Sí, me refiero al fracaso en la privatización de la Sanidad Pública. Su derrota se ha saldado con su dimisión. La sociedad no tiene nada que perder con la salida de la dirección pública de Javier Fernández-Lasquetty. Salvo durante unos escasos cuatro años, este señor ha desarrollado toda su carrera en la política, siempre en la posiciones más neoliberales posibles. Un ser absolutamente ideologizado que sin demostrar nunca porque sería mejor el modelo privado en la sanidad, ha intentado imponer sus obsesiones al resto de ciudadanos.  Afortunadamente, en el Estado que vivimos existe la separación de poderes. Uno de ellos, el judicicial, ha parado este nuevo intento de reducir el Estado de Bienestar, ataque dirigido por un polìtico absolutamente ideologizado que, recluido en los despachos, apenas sabe lo que es la verdadera vida laboral.

Consecuencia del populismo

"Política cambiaria de flotación administrada del tipo de cambio". Así llama a la pura y dura devaluación de su moneda el gobierno argentino. Con una inflación superior al 25 por ciento, con cortapisas a la libre flotación entre el peso y el dolar, con restricciones a la divisa estadounidense, el ejecutivo de Cristina Fernández se ha situado en la irrealidad económica, colofón a una década de populismo kirchneriano.  Tamaña irresponsabilidad la pagaremos todos en la medida en que los mercados internacionales ya han acusado la crisis, pero sobre todo la economía de los hogares argentinos, hoy mucho más pobres que la semana pasada. La demagogia al final siempre se paga.

Icono contemporáneo

La imagen del nuevo presidente iraní, Hasan Rohaní, en el Foro de Davos se sintomática. Por un lado, expresa la apertura del régimen teocrático chií, puesta en evidencia con el acuerdo nuclear y cuyo siguiente escalón es la aceptación de las inversiones occidentales en su sector petrolero, rompiendo así un viejo tabú nacionalista. Y por otro, es el icono de un nuevo mundo multipolar, donde nuevos agentes regionales reclaman su cuota de poder. Irán es un ejemplo de ello. En el otro extremo de esa evolución se encuentra la decadente Europa.

Venta de pisos okupados

De todas las noticias de la prensa de hoy me ha llamado profundamente la atención la venta y alquiler de pisos "okupados", actividad que practican diversas mafias. El caso se ha dado ya en barrios del sur de Madrid. Estas bandas revientan casas vacías y "venden" la utilización de las mismas. Al parecer de toda la gama posible, que va desde casas cuyos inquilinos han sido desahuciados, hasta viviendas de protección oficial que no han sido vendidas, prefieren las primeras, aquellas que ahora están en poder de los bancos. Estas casas se "venden" por mil o dos mil euros o se "alquilan" por pocos centenares de euros al mes. Y me pregunto: ¿Puede existir un negocio más indigno que éste, en el que unas mafias se aprovechan de la necesidad de sus semejantes de vivir bajo techo? Sin duda es un nuevo ejemplo de infamia de todos los que padece la humanidad.

Indecisión, de nuevo

El futuro de los tres diputados regionales díscolos del Partit dels Socialistes de Catalunya continúa aún sin decidirse. Indudablemente tal falta de concreción perjudica al propio PSC que en todo el proceso soberanista no ha logrado adoptar una postura clara y diàfana, capaz de generar confianza en el electorado. El PSC debería adoptar cuanto antes la decisión de la definitiva expulsión. El argumento es definitivo: los tres diputados no han aceptado la democracia interna del partido, después de que el Consell Nacional del PSC decidiera por abrumadora mayoría votar en contra de cualquier consulta que no cuente con el respaldo del Parlamento español. Eso es democracia y lo contrario demagogia, también llamada derecho a decidir.

Reforma a la española

Matteo Renzi, el alcalde de Florencia, y líder de la izquierda italiana ha llegado a un acuerdo con Silvio Berlusconi, el dirigente de la derecha que se resiste a perder protagonismo, para reformar la ley electoral italiana que condiciona y de qué manera el parlamentarismo del país. El pacto alcando trata de fomentar el bipartidismo, reduciendo el poder de los partidos pequeños. Como el mismo Renzi ha dicho, se trata de implantar en Italia una ley electoral similar a la que rige en España, donde se complementan la proporcionalidad con el sistema mayoritario en busca de la gobernabilidad. No está de más valorarlo, en la medida en que solemos despreciar lo propio.

Invierno árabe

La llamada Primavera Árabe parece fracasada. Tan sólo en la laica Túnez sobrevive y gracias a la moderación de los islamistas. En Egipto, el Ejército lleva camino de recuperar plenamente su posición hegemónica en un Estado claramente nacionalista desde la época de Naser. Libia vive en el caos desde que acabaron con aquel prototipo de sátrapa llamado Gadafi. Y Siria se desangra en una dramática guerra civil . Ese es el magro balance de la Primavera Árabe. El invierno se ha instalado en el Próximo Oriente.

Detalle relevante

Un detalle relevante pasó ayer desapercibido en la votación en el Parlamento de Cataluña. El resultado es conocido: 87 votos a favor  de reclamar la cesión a Cataluña de la competencia para convocar un referéndum independentista. Por el contrario, 43 parlamentarios rechazaron la iniciativa. El nacionalismo catalán se apresuró a hacer loas sobre tal inicitiva democrática y ponerse la venda antes de la herida con el más que previsible rechazo del Congreso de los Diputados ante una iniciativa que pretende sustraer la soberanía nacional. En cualquier caso, la estrategia nacionalista pasa por resaltar que la democracia está de su lado, negándo tal condición al adversario. Pero hubo un aspecto importante que ayer apenas trascendió. La iniciativa no solo supone un ataque a la Constitución actualmente vigente, sino que también implica una reforma encubierta del actual Estatuto de Autonomía de Cataluña. Ambas normas, por cierto, refrendadas por los catalanes, es verdad que con más entusiasmo por la primera que por la segunda, lo que es una muestra más de la veleidad del ser humano. Pues bien, en el estatuto catalán se establece como requisito para propiciar una reforma del mismo la exigencia de alcanzar los dos tercios del Parlamento catalán. En la votación de ayer, que supone incluso algo más que una mera reforma, al abrir en la práctica el proceso independentista, la propuesta no alcanzó el techo necesario. No obtuvo el respaldo de las dos terceras partes de la cámara regional. La democracia para ser tal necesita siempre del respaldo de la legalidad. Si esta se salta, en nombre de épicas y de sentimientos, nos podemos encontrar al principio de la tiranía.

La privatización de lo público

Se quiere convertir el espacio público en rentable. Esa es la voz de alarma que algunos expertos urbanistas han dado ante la profusión en los últimos años de terrazas de bares en las ciudades, invadiendo las aceras y las plazas. Sin duda de que se trata de una de las consecuencias no previstas por los legisladores con la ley antitabaco. Pero el hecho es que donde antes uno se podía sentar en un banco público sin consumir, ahora solo lo puede hacer si tiene dinero para tomar un café. Un paso más en la privatización de lo público.

Hollande y sus mujeres

En todo el escándalo del presidente de Francia con sus sucesivas novias hay mucho de impostado. Y los medios de comunicación parece que han entrado de lleno en el juego. Primero, los asuntos de faldas de Francois Hollande son su problema. No el de los demás. Segundo, se citaba con su último amor, al parecer una actriz, en un piso alquilado cuyo propietario es un jubilado de 71 años. ¿Qué problema hay, por tanto? No debería haberlo. Pero, ha trascendido que su dueño lo tenía alquilado a una amiga de la amante del presidente. Y esa amiga ha estado a su vez emparejada con dos corsos, uno condenado por abuso de confianza y otro acribillado a tiros. Y los dos corsos... ¿Y...? Puede alguien sostener que exista responsabilidad en Hollande por estos hechos. ¿Cómo se puede decir en titulares de prensa que "los indirectos vínculos del piso de la actriz con la mafia cercan al jefe del Estado"? Nos debemos estar volviendo locos, cuando el debate es ese, en vez de preguntarnos como es posible que los servicios de inteligencia de una de las potencias mundiales no detectaran que su presidente era seguido por unos peridistas cuando acudía a su nido de amor, antes de que éstos revelaran sus secretos de alcoba.

Ideología y realidad

La ministra Ana Mato pretendía imponer el copago en el servicio de ambulancias no urgentes, como el que reciben los pacientes de diálisis. También en las prótesis y en los productos alimenticios que consumen enfermos con trastornos metabólicos. Se trataba de una nueva vuelta de tuerca de la ideología neoliberal. Pero el Consejo de Estado, uno de esos organismos públicos que dicha ideología querría eliminar, ha dicho que costará más el sistema de recaudación que el previsible ahorro por la implantaciön del copago. Afortunadamente, el Ministerio de Sanidad dará marcha atrás, aunque más de uno de sus actuales responsables lamentarán profundamente que la realidad les haya estropeado sus idolatrados ideales. Una pena para unos pocos, una bendición para muchos.

Errores gubernamentales

El Gobierno parace haber entrado en una sucesión de errores, justo en el momento en que el horizonte económico empieza a escampar. Mariano Rajoy podía haber esperado tranquilamente a que esa mejora se concretase en los millones de personas zarandeadas por la grave crisis económica. Pero, en vez de hacer eso, lo más cömodo por otro lado, debió de dar orden de contentar a los más duros de su electorado. Los políticos se caracterizan por complacer a sus partidarios. En cambio, los estadistas aspiran a convencer a los contrarios. Está claro, que Rajoy forma parte del primer grupo. La reforma de la ley del aborto y la de seguridad ciudadana son dos proyectos normativos que han levantado incluso la preocupación entre votantes centristas del PP y han segado la progresión de ese partido en la ampliación del caladero de votos. A esto hay que añadir la pésima estrategia respecto a los presos etarras, que ha llevado al PNV, escaldado de Lizarra, a volver a manifestarse con la izquierda abertzale. Si no le era suficiente a Rajoy el desafío soberanista de las elites catalanas, ahora ha pisado de nuevo un conocido y profundo charco.

Indefinición socialista

El PSOE arrastra un grave problema desde que perdió la Moncloa por la pésima gestión de Rodríguez Zapatero. Se podría catalogar como indefinición. Durante las décadas de los ochenta y los noventa, el PSOE apostó claramene por el modelo socialdemócrata, construyendo el Estado de Bienestar en España. Nadie dudaba de lo que quería el PSOE, de su opción izquierdista, por lo que mantuvo una alta fidelidad del electorado. Pero, desde entonces, diversos dirgentes socialistas se han dejado obnubilar por los llamados nacionalismos periféricos e, incluso, han querido servirse de ellos, jugando a aprendices de brujo, convencidos de que los controlarían. El caso más paradigmático de esta vana ilusión es Zapatero y la reforma del Estatuto de Cataluña. Esa estrategia de acercamiento interesado al nacionalismo no ha hecho más que erosionar el apoyo popular al PSOE desde que éste abandonó  el poder. Primero fue la grave crisis con los socialistas catalanes, parcialmente reconducida por Alfredo Pérez Rubalcaba. Y ahora asistimos a preocupantes episodios en otras partes. La última la han protagonizado los concejales socialistas donostiarras que han sumado sus votos a los de Bildu y el PNV, criticando la operación policial contra los abogados de los presos de ETA. Para los ediles socialistas de San Sebastián, la actuación de las fuerzas de seguridad supone un obstáculo en el actual contexto político. En ningún caso puede ser razonable relativizar de esta manera las firmes convicciones mantenidas durante muchos años, en los que además sufrieron las bestiales arremetidas de las alimañas, bajo el señuelo de que ahora sí las controlarán. Es lógico, pues, que pierdan apoyos.

Perspectiva

Matteo Renzi, el nuevo lider de la izquierda italiana, ha propuesto un amplio plan de reformas en Italia. Prioritaria en esas medidas es, sin duda, la supresión de la actual ley electoral, ideada por los nacionalistas padanos de la Liga Norte y apodada "porcellum", cerdada. Mediante esa norma, la coalición más votada tiene automáticamente el 55% de los escaños. Renzi propone tres alternativas a la cerdada. La primera es una ley electoral inspirada en la española. La segunda, una vuelta al sistema mayoritario y la tercera, un sistema de dos rondas de voto. La ley electoral española, tan criticada por tantos y sobre todo por aquellos que desprecian la calidad democrática alcanzada en nuestro país, se basa en una prudente mezcla del sistema proporcional y mayoritario. Como todo en la vida es mejorable, pero no está de más valorar que es alabada por la izquierda italiana. Todo análisis es mejor con un poco de perspectiva.

Fracaso gubernamental

A estas alturas nadie puede negar el fracaso de la regulación eléctrica del Gobierno. Tras marchas y contramarchas, tras peleas entre Montoro y Soria, el déficit de tarifa eléctrica permanece en 30.000 millones de euros. Mientras la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) concluye su investigación sobre la última subasta sin encontrar pruebas de manipulación ni de concertación entre las 36 compañías eléctricas y firmas de mediación finaciera que participaron en ella, el ministro José Manuel Soria calificaba aquella puja de "burda manipulación". La luz sigue sin hacerse en un asunto evidentemente complicado, pero no por ello se puede aceptar tener la electricidad más cara de Europa, salvo la de los países isleños. Probablemente haya que cambiar la mentalidad y diversificar las fuentes energéticas, sin prejuicios y estereotipos. Y en esa labor se echa en falta la labor de verdaderos políticos, capaces de no bailar al son de los sondeos.

Dos buenas noticias judiciales

La imputación de la infanta Cristina, hija del rey de España, es una buena noticia judicial. Si hay un valor irrenunciable en cualquier Estado de Derecho, ese es el de la igualdad de todos ante la ley. En esa medida, hay que valorar que un juez de instrucción, alejado de cualquier veleidad de magistrado estrella, haya imputado a la hija del jefe del Estado. Además, mediante su citación como imputada, Cristina de Borbón podrá defenderse con todas las garantías de las acusaciones que ha recibido. Y la segunda buena noticia judicial es el inminente reingreso en la cárcel de Ramón Jorge Ríos Salgado, el kamikaze automovilístico que mató a un joven que conducía su vehículo en el sentido adecuado y que fue indultado graciosamente por el Gobierno. El Tribunal Supremo anuló el indulto al entender que no estaba suficientemente motivado. Ahora deberá decidir el Tribunal Constitucional, pero mientras se pronuncia Ramón Jorge Ríos deberá esperar el definitivo veredicto en prisión. Y previsiblemente durante un largo tiempo, ya que la corte que vela por la rectitud constitucional no suele destacarse por su prontitud a la hora de fallar. En cualquier caso, es motivo de satisfacción que en 2104 se aplique la igualdad de todos ante la ley y, al menos, se limite la prerrogativa de la gracia, propia del Antiguo Régimen, aquel que finalizó en 1789 mediante la Revolución Francesa.

Muere Kalàshnikov

La semana pasada, días antes del fin de año, murió Mijaíl Kaláshnikov, el creador del fusil de asalto Ak-47. El ingeniero soviético fue una metáfora del mundo actual. Su creación, el popularmente conocido como Kaláshnikov, segó la vida de unas 250.000 personas de media cada año desde su invención en 1947. El fusil de asalto se convirtió en el mejor arma de la infantería del Ejército Rojo. La Unión Soviética lo exportó en la guerra fría dotando a todas las guerrillas con las que Stalin hizo frente al capitalismo de Estados Unidos y las democracia occidentales.  Su éxito fue fulgurante. Hasta 100 millones de unidades se fabricaron. Su popularifad fue tal entre los movimientos autoproclamados de liberación nacional del Tercer mundo, que el Kaláshnikov aparece hasta en la bandera de Mozambique y en el escudo deTimor Oriental. Toda una metáfora de un mundo violento, de enfrentamientos ideológicos, que con la excusa del Año Nuevo podríamos intentar relegar al olvido.

Lección letona

Letonia se convirtió ayer en el décimo octavo socio de la eurozona al asumir la moneda europea como propia de su Estado-nación. Dicha noticia tiene escasa trascendencia, salvo si valoramos lo dicho por Mãrtins Kãsaks, el economista jefe del Swedbank, la principal institución financiera del país báltico. Para Kãsaks el ingreso en la eurona pone fin a una larga trayectoria de Letonia, iniciada con la independencia de la entonces Unión Soviética y que tuvo como jalón importante la inclusión de la república báltica en la Unión Europea en 2004. Pero es ahora, con la asunción del euro, cuando Letonia marca distancias con Rusia, a juicio del experto economista. Su afirmación refleja la pobre realidad de los Estados-nación de siglo XXI. La verdadera soberanía se alcanza económicamente, no mediante retóricas políticas. Letonia ha logrado por fin su independencia del gigante ruso gracias a que puede disponer de la moneda europea. Dos conclusiones son extraíbles de ello. Por un lado, que ya no existe soberanía completa para los Estados-nación, como muestra el hecho de que Letonia se ha visto impelida a prescindir de su moneda y engancharse a la europea. Y por otro, que hoy en día es absurdo el plantear independencias y soberanismos, cuando manda la economía y no la política. Ni siquiera la nacionalista.